Las altcoins, o monedas alternativas, son todas las criptomonedas que no son Bitcoin. Aunque Bitcoin fue la primera y sigue siendo la más conocida, hoy existen miles de criptos que ofrecen funciones distintas dentro del ecosistema blockchain.

Algunas altcoins buscan mejorar la tecnología de Bitcoin, otras se centran en contratos inteligentes, privacidad, velocidad o aplicaciones descentralizadas. Cada una tiene su propio propósito y red blockchain, lo que las hace únicas.
Ejemplos populares de altcoins
- Ethereum (ETH): permite crear contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas (dApps).
- Cardano (ADA): busca ser una blockchain escalable y sostenible.
- Solana (SOL): conocida por sus transacciones rápidas y bajas comisiones.
- Polkadot (DOT): permite la interoperabilidad entre diferentes blockchains.
- Ripple (XRP): enfocada en transferencias rápidas entre bancos.
¿Por qué invertir en altcoins?
Aunque Bitcoin domina el mercado, muchas altcoins ofrecen innovaciones que pueden tener gran impacto en el futuro. Invertir en altcoins es una forma de diversificar y participar en nuevos proyectos que pueden crecer significativamente.
Sin embargo, es importante investigar cada proyecto antes de invertir. Algunas altcoins son sólidos desarrollos con comunidades activas, mientras que otras pueden carecer de utilidad o transparencia.
Riesgos a tener en cuenta
- Volatilidad: los precios pueden variar drásticamente.
- Riesgo de estafa: algunos proyectos no son legítimos.
- Baja liquidez: algunas altcoins no tienen suficiente volumen de mercado.
En resumen:
Las altcoins representan la evolución del ecosistema cripto más allá de Bitcoin. Con miles de opciones disponibles, entender qué ofrecen y cuáles son sus riesgos es clave para tomar decisiones de inversión informadas.
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